El 21 de Diciembre de 1913 apareció en un periódico el primer crucigrama del que se tiene noticia. El periódico era el “New York Worid”, y el autor de aquel extraño enrejado que luego se llenaba de letras se llamaba Arthur Wynne, redactor de Fun, suplemento de entretenimiento del diario. Su jefe le pidió que ideara un pasatiempo inteligente, y Wynne recordó un rompecabezas, el Cuadrado Mágico, una especie de sopa de letras que le había enseñado su abuela en Inglaterra, y que fue la base para su idea del crucigrama. Desde entonces, nadie puede decir honradamente que nunca tuvo la oportunidad de escribir en un periódico.
En España, la noción de crucigrama se asocia con otro nombre propio: Pedro Ocón de Oro. En 1949, con 18 años, Ocón de Oro creó y envió al diario “Madrid” un crucigrama que resultó premiado con 25 pesetas. Y, ya hasta su muerte, en 1999, todo el país veía su firma a diario en todo tipo de publicaciones, al pie de diversos pasatiempos creados también por él, pero, sobre todo, junto al infaltable crucigrama, que, en muchos casos, contenía más cultura que el resto del periódico o revista. Para varias generaciones de españoles, fue como si él lo hubiese inventado. (Ad)