La extraña muerte de Jesse James (EFEM 3 Abril)

por | Mar 28, 2018 | EFEMÉRIDES, Historia/Sociedad, ÚLTIMAS ENTRADAS


Puestas a precio, su cabeza y la de su hermano Frank fueron las más caras del Oeste


          Hijo de un pastor protestante, Jesse Woodson James había sido monaguillo, un muchacho trabajador, de carácter tranquilo, al que la guerra de Secesión arrastró tempranamente por los caminos de la violencia. Vivían en el Missouri, a mitad de camino entre una causa y otra, cerca de la frontera del Kansas nordista, así que las incursiones paramilitares en ambas direcciones eran constante semilla de odio y venganza.

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Frank (izquierda) y Jesse James en 1865.

          Cuando estalló la guerra de Secesión, Missouri pertenecía a la Unión, pero muchos de sus habitantes se identificaban con la causa de la Confederación, los James entre ellos.
          En 1863, un destacamento enemigo había atacado sin cuartel la granja de los James. Jesse, que tenía 16 años, vió cómo torturaban a su padrastro y él mismo fue azotado cruelmente. Fue entonces cuando se unió a la banda de William Anderson, ex-oficial confederado ahora conocido como Bloody Bill. En un encuentro con una avanzadilla enemiga, el Jesse James de dieciséis años dio muerte a ocho soldados nordistas. Por entonces, su hermano mayor, Frank, formaba parte de otra banda, capitaneada por otro nombre también glorificado por el cine: William Quantrill.

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First National Bank de Nortfield, Minnesota, el banco con cuyo asalto empezó la decadencia de la banda James. Ahora es un museo, pero el banco sigue operativo en otro local, a unos metros de allí.

Ladrones robando a… ¿ladrones?

     Al término de la contienda, entre 1865 y 1870, Missouri fue gobernado por una facción que suprimió todos los derechos de las personas que habían apoyado la causa del Sur. Se les prohibió llevar armas ni siquiera para cazar. El ejército requisó los animales de las granjas, lo que hizo que muchos no pudieran pagar sus hipotecas, de modo que sus tierras iban pasando a manos de los vencedores por un puñado de dólares. Las compañías del ferrocarril, respaldadas por políticos a sueldo, expropiaban tierras a su antojo para tender nuevas vías y abrir establecimientos.
    
Los hermanos Frank y Jesse James formaron su propia banda, compuesta, como ellos mismos, por perdedores ansiosos de hacer pagar cara su victoria a los nordistas. Para ellos, los bancos sólo eran el sitio donde hombres de negocios, ladrones victoriosos, depositaban el producto de su rapiña. Se veían a sí mismos más como guerrilleros –una especie de “resistencia”–que como forajidos. Así que, durante quince años, se dedicaron a asaltar bancos, diligencias y los trenes que venían cargados de oro desde California. Entre asaltos, tiroteos y cabalgadas, Jesse sacó tiempo para casarse con su prima Zerelda y tener dos hijos con ella.
          Pronto empezaron a ser vistos por sus paisanos como héroes populares, rebeldes contra los opresores del Norte. Entregaban bolsas de dinero a viudas desamparadas y pobres granjeros para redimir sus hipotecas, o eso se contaba.
         
En 1869, a resultas del asalto al banco de Gallatin, Missouri, el 7 de Diciembre, se ofreció la primera recompensa por los hermanos James: tres mil dólares. Jesse había matado al cajero, al parecer, sin que éste hubiera opuesto resistencia.
         
En 1870, una reforma en la constitución del Estado de Missouri restituyó sus derechos a los ciudadanos que habían apoyado al Sur. Pero no hubo amnistía para los “guerrilleros” o “forajidos”, según el punto de vista.
         
Los hombres de la agencia de detectives Pinkerton, contratada por el Gobierno –o quizá por los “robber barons”, propietarios de los ferrocarriles y los bancos– acosaban a los hermanos. En una ocasión, atacaron la casa donde habían nacido, le prendieron fuego, creyendo que estaban dentro, y arrojaron por la ventana un artefacto explosivo que mató a un hermano de nueve años llamado Archie, y arrancó un brazo a la madre. A partir de ahí, la ferocidad de los James se hizo ya legendaria.

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EL ARMA QUE MATÓ A JESSE JAMES no se ha conservado. Robert Ford asesinó a Jesse con un revólver Smith-Wesson «Russian» acabado en níquel, calibre 44 (abajo, uno idéntico) que era también el modelo favorito del muerto. En la foto de arriba, el matador empuña un Colt «Peacemaker» calibre 45.

Smith & Wesson calibre 44 "Russian" niquelada, idéntica al amar que envió al otro mundo al proscrito más caro en de éste: Jesse James

 

          Entonces, se les unieron los cuatro hermanos Younger, que no les iban a la zaga en intenciones ni en disposición a hacer uso de su excelente puntería. La banda tenía muchas simpatías en su tierra natal y alrededores; una vez, tras un asalto al cajero de la Feria del Estado –llevándose todo el dinero– un joven periodista les calificó de “héroes” en un periódico de Kansas. El periodista recibió una visita de agradecimiento y dos presentes: uno, un reloj de oro; otro: “díganos alguien a quien quiera ver muerto, y nosotros nos ocupamos”. El periodista rechazó esta última oferta, y sólo aceptó el reloj cuando le aseguraron que no era robado.

El robo siempre perjudica al negocio

          Del gobernador Thomas Crittenden se decía que iba para presidente. Pero los James le representaban un problema político: mientras la banda se moviese por allí y los ferrocarriles estuvieran amenazados, los ricos del Este ni se planteaban invertir su dinero en Missouri. El Estado, por ley, no podía ofrecer más de 300 dólares, pero Crittenden se las arregló para que, entre bancos y compañías de ferrocarril, la recompensa por los hermanos James subiera hasta 10.000 dólares, la más alta nunca ofrecida por un fuera de la ley. Recién muerto Jesse James, los ingresos de Missouri producidos por el ferrocarril se elevaron a tres millones de dólares. Los historiadores han encontrado muchas razones para pensar  que el gobernador Crittenden encargó personalmente el asesinato de Jesse James. En todo caso, perdió las siguientes elecciones.
          El principio del fin de la banda tiene fecha: el 7 de Septiembre de 1876. Ocho miembros de la misma intentaron el asalto al First National Bank de Nortfield,  Minnesota. Pero un infiltrado en la banda había dado aviso. Y, así como en Missouri la gente apoyaba a los James cuando asaltaban bancos, en Minnesota era distinto, y algunos ciudadanos unieron sus armas a los empleados del banco; hubo muertos en los dos bandos. Los Younger fueron capturados. Los James lograron huir, y Jesse se trasladó a Tennessee, donde se cambió el nombre.

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En Mayo de 1948, la prensa norteamericana se hizo eco de la “aparición” de Jesse James vivo.

Una muerte con vistas

          Jesse James terminó instalándose en la ciudad de Saint Joseph (Missouri) desde donde, otra vez con su hermano, vuelve a asaltar trenes y bancos, ahora ya no los de su propio Estado, sino los de Kentucky. Alguno de los bandidos que expresó su intención de abandonar la banda fue invitado por Jesse a dar un paseo… sin retorno. Pero Frank y otros miembros de la banda soñaban ya con una vida tranquila.
         
Llega gente nueva a la banda: los hermanos Ford. Uno de éstos, Robert Ford, el 3 de Abril de 1882, en su propia casa, por la espalda, sin testigos, mientras recolocaba un cuadro en la pared, asesinó a Jesse James –que tenía 34 años– para cobrar la recompensa de 10.000 dólares y el perdón por sus propios delitos (el cuadro, por cierto, representaba la muerte del general Stonewall Jackson en la guerra civil). El asesino salió a la calle gritando: «!He matado a Jesse James!«. Ford murió diez años más tarde a resultas de un disparo de escopeta de alguien que también quería pasar a la Historia como el hombre que mató al hombre que mató….
         
El hermano, Frank James, que sabía que terminaría igual que Jesse, se entregó a los representantes de la ley y, vuelto al buen camino, montó un espectáculo sobre el salvaje Oeste que no tuvo éxito. Terminó poniendo una zapatería y murió en su cama, en la vieja granja de los James, donde estaba enterrado por entonces su hermano Jesse, en 1915.
         
Al igual que hacían los mejicanos con sus héroes outsiders, los sureños también cantaron acompañándose con el banjo, la vida y muerte de Jesse James; he aquí una muestra de uno de ellos (traducida, claro):

Jesse era amigo de los pobres,

No soportaba ver sufrir;

Junto con su hermano Frank,

Desvalijó el banco de Galatin

Y asaltó el tren de Glendale.

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Foto portada: Tumba actual de Jesse James, junto a su esposa Zerelda, en Kearney, Missouri.

Pero entonces ¿a quién enterraron en 1882?

          Uno de los mayores estudiosos de los James, Rudy Turilli, sostiene que el muerto era realmente un fugitivo llamado Charles Bigelow. Turilli dijo haber localizado en Oklahoma a un hombre que decía ser Jesse James. Era el año 1948, y el individuo tenía 100 años. También tenía las mismas cicatrices en el cuerpo y el mismo dedo roto que J. James, detalles que aparecían recogidos en los informes internos de la agencia Pinkerton. Otros dos centenarios que habían conocido al proscrito reconocieron a J.James en aquel individuo, que se hacía llamar J. Frank Dalton. Murió antes de cumplir los 104 y está sepultado en Texas.

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El cadáver de Jesse James fue exhibido y fotografiado antes de ser enterrado bajo una lápida en la que su madre mandó escribir: «Memoria eterna a mi querido hijo, asesinado por un cobarde y traidor cuyo nombre no merece figurar aquí».

          Entonces, ¿qué había pasado el día del supuesto asesinato de J. James? Esto es lo que “él mismo” –si es que lo era– contó cuando ya había cumplido los cien años: el fugitivo, Charles Bigelow, se parecía lo bastante a Jese James como para que se pensase en poner en marcha un plan para sacar a éste del punto de mira de muchos cazarrecompensas; un plan del que formaba parte el propio supuesto asesino, pariente lejano de los James. Y el gobernador Crittenden. Oficialmente muerto, J. James se cambió de nombre y de domicilio: vivió en América del Sur y, finalmente, en Oklahoma.
        Turilli ofreció en 1950 diez mil dólares a cualquiera que pudiese demostrar que J. Frank Dalton no era Jesse James.
         
En estos últimos años, pruebas de ADN (comparándolo con el de descendientes de Jesse) hechas tanto al cadáver enterrado en Missouri como al de Texas han dado resultados favorables a la tumba de Missouri. Pero las pruebas fueron cuestionadas desde la misma base de la recogida de las muestras utilizadas para ello, sin que hayan alcanzado, para muchos, el grado de credibilidad requerido; de modo que puede decirse que aún no hay un resultado concluyente. Nadie ha cobrado aún la recompensa. (DM)


Los James y el cine

La primera película del Oeste “The great train robbery”, dirigida por Edwin S. Porter en 1903, se basa vagamente en las actividades de la banda James.

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Escena de la la película “Forajidos de leyenda”, dirigida por Walter Hill en 1980.

Después, se han hecho alrededor de 40 películas sobre los hermanos James. Entre ellas, “Forajidos de leyenda” (“The long riders”) dirigida por Walter Hill en 1980, en la que varias sagas de hermanos actores (Carradine, Keach, Quaid) representaban a las sagas de hermanos (James, Younger, Miller…) que formaron parte de la banda.

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