
«El futuro pertenece a quienes pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo” (Mohammed Bin Rashid Al Maktoum)
La ciencia arqueológica que conocemos se nutre del patrimonio enterrado que, al ser de carácter público, tiene por destino los museos de las administraciones públicas. Pero ¿qué hay del patrimonio reciente, ese que no está en el subsuelo? Y, en particular, ¿quién está estudiando y coleccionando la tecnología audiovisual? En mi caso, he montado una innovadora exposición en la que abordo la idea de reivindicación del patrimonio contemporáneo a través del nuevo concepto de Arqueología Pop. En particular, muestro la evolución tecnológica y cultural del icónico y revolucionario cassette.

Concebida como un ameno recorrido, la muestra se encuentra en MURCIA VINTAGE, local de artículos de segunda mano especializado en vinilos, libros y objetos vintage. Ampliada en dos ocasiones, la exposición está en su recta final y se cierra el próximo Sábado 30 de Abril, con una visita guiada muy especial.

En ella se explica que apresar el sonido parecía un sueño inalcanzable y que la música era un arte invisible que nacía y moría al mismo son, excepto en las partituras. Finalmente se logró y la historia del registro del sonido se inició en la ERA MECÁNICA cuando surgen el fonoautógrafo y el fonógrafo de cilindros (Edison-1877) al que le sustituyó poco después el gramófono de discos. La ERA ELÉCTRICA nace en 1925 con el tocadiscos y a finales de los cuarenta se inventan el disco de vinilo y el transistor, que protagonizaría una revolución tecnológica.
La ERA MAGNÉTICA, que se desarrolló al tiempo que la mecánica y la eléctrica, fue la más trascendental gracias a la cinta magnética. La ERA DIGITAL supuso otra revolución que se inició con el compact disc (1980) y se consolidó con el MP3 (1986) hasta que comenzó la progresiva desmaterialización de los soportes musicales en la ERA VIRTUAL, con el ordenador, el móvil y los altavoces bluetooth.

La CINTA MAGNÉTICA tiene una historia tan larga como enmarañada. Aparece en 1898 con el telegráfono de alambre de piano que era similar al fonógrafo. Más tarde, se origina el magnetófono de alambre y a continuación el de bobina abierta. En 1930, surge el llamado ecófono que es considerado el antecedente del cassette.
En este proceso, desde el alambre hasta la cinta de cassette, se utilizaron diferentes materiales, tales como el acero, papel con capa de óxido de hierro, acetato, celofán plástico y pvc. La cinta jugó un papel esencial en radio y televisión antes de pasar a la música, sin olvidar su empleo fundamental en informática. En definitiva, la cinta magnética es el soporte de sonido más relevante de todos los tiempos.

COMPACT CASSETTE. En los años cincuenta, existían ya los primeros cartuchos o cassete de cinta magnética y Lou Ottens los elevó a los altares al idear la Compact Cassete o Musicassete (1962). En origen, se diseñó para el dictado y su calidad para reproducir música no era adecuada. Pero la llegada de la cinta de cromo y la liberación de la licencia por Philips la convirtieron en alternativa popular y regrabable al disco de vinilo durante los años setenta.
El cassete era más portátil que un magnetófono y, tras vencer su batalla contra el cartucho de ocho pistas, se alzó con el poder. Se podía reproducir en pletina o radiocassette, siendo el boombox y el walkman (1979) los que la sacaron de paseo por Manhattan. A mitad de los noventa, su intento de digitalizarse, con el DAT y el DCC, supuso el fracaso que finiquitó la “Era Cassete” en favor del reinado del CD.

CULTURA CASSETTE. El cassete democratizó la música y se convirtió en un hecho cultural. La cinta desbancó al vinilo a causa de su pequeño formato rectangular, su bajo precio y, sobre todo, la opción grabable y el doble pletina que originaron el fenómeno mixtapes. Sustituyó al cartucho como el soporte ideal para el coche y fue la causante de llevar la música hasta lo más profundo de África.
Los cassettes se compraban en muchos sitios y, si no, pues te las obsequiaban las marcas comerciales, pero el lugar icónico era el expositor de gasolinera con los éxitos del verano. Surgieron otros usos, tales como el tutorial, audiobook, documental, contestador telefónico o cassette postal. En el variopinto diseño de sus caratulas se reflejó la historia de España.
Miles de cintas acabaron en la basura o en cajas de zapatos en trasteros y los radiocasetes, en talleres y almacenes. Sin embargo el popular cassete nunca murió y hoy día es fuente de inspiración de diseñadores, creativos y artistas surgiendo así la nueva “Cultura Cassette”.
Desde la inauguración de la exposición, el pasado 11 de Marzo, se han realizado varias actividades y visitas guiadas que ya finalizan este próximo fin de semana, de una forma más especial el Viernes 29 a las 19h, y el Sábado 30 a las 12h. Se recibe a los asistentes como si entraran a una discoteca y, una vez dentro, se hace una visita muy dinámica y participativa donde se baila y canta. La visita termina con un campeonato de rebobinado de cinta con boli con premio de boli BIC oro y plata (de plástico, claro) a los finalistas. Así mismo, se regala a todos los asistentes un snack de crespicassete y un recordatorio a modo primera comunión.

Vivimos en la Era Virtual, pero el ser humano necesita el contacto físico y honrar su pasado reciente. Para ello ha renacido la cassete que se ha ganado un lugar destacado en el Museo de Arqueología Futurista. Un anticipo del mismo se puede ver en el final de la exposición «HISTORIAS DEL CASSETE: Una visión desde la Arqueología Pop».
