Sabemos que su diámetro mide un millón cuatrocientos mil kilómetros, aproximadamente; pero eso ¿cómo podríamos visualizarlo?
Hay una medida menos «técnica» que nos puede dar una idea cabal de lo grande que es.
Ya saben que nunca, ni siquiera a través de cristales oscurecidos, etc, debe mirarse de frente al Sol. Pero, ocasionalmente, podemos contemplar a veces su disco en todo su tamaño aparente a través de la niebla, la bruma, o las nubes –es, aproximadamente, el mismo tamaño aparente de la Luna–. En ese momento, piense en el Sol como una esfera, porque eso es lo que es. ¿Cuál es la distancia entre la superficie que tenemos a la vista y el centro de esa esfera?
La respuesta es: alrededor de 700.000 kilómetros; casi dos veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Más sencillo aún: volvamos a verlo como un disco plano; elija un punto cualquiera de la circunferencia del Sol a simple vista, en las condiciones de seguridad mencionadas, y trace una línea recta imaginaria hasta el punto diametralmente opuesto de la circunferencia. Esa línea recta (el diámetro del Sol) equivale a casi cuatro veces la distancia entre la Tierra y la Luna. Tan grande es, y tan lejos está.
Aún así, el Sol es una estrella de tamaño mediano tirando a pequeño, comparado con muchas de las que podemos ver a simple vista por la noche (si la contaminación lumínica lo permite). (DM)
