Escudella de gansos (GROUCHO & MARX ABOGADOS)

por | Sep 28, 2017 | Lecturas de estación, Historia/Sociedad


 
(Por Mundo Dantés)

(Despacho de Groucho & Marx, abogados. Suena de fondo “Els segadors”. En su mesa, con los pies sobre ella, Groucho sostiene un puro encendido en una mano, un papel en la otra y un lápiz en la oreja. Entra la secretaria, Miss Gómez, seguida de un cliente).


MISS GÓMEZ –Jefe, aquí está el sr…, el sr….
CLIENTE –El «senyor» dio un nombre y un apellido, que deben estar en el papel que lleva usted en la mano, senyoreta. ¿Es que no sabe pronunciarlo?
GROUCHO –Discúlpela, es la impresión de recibir un cliente con pinta de pagar. Pronúncielo usted mismo.
CLIENTE –Pantumaque, Jordi Pantumaque.
GROUCHO(consulta el papel de Miss Gómez) Pues yo leo “Pantomaca”.
CLIENTEEso es en el idioma de otro país.
GROUCHO –Para no pelearnos por eso, lo dejaremos estar, con acento de Wisconsin. Pero aprenderé a decirlo en esperanto, si eso añade otros cien pavos a mis honorarios.
CLIENTE –Es un nombre falso, por supuesto.
GROUCHO  —La falsedad es lo más auténtico que he encontrado en este país, no se avergüence.
CLIENTE –Yo no me avergüenzo de nada de mi país! (Se detiene un momento) Un momento: ¿de qué país estamos hablando?
GROUCHO –Déjelo, le cobraré como si estuviera usted en el suyo, y, por mí, podríamos ir al grano como si estuviéramos en el mío. La gente paga por verme, y usted lleva viéndome ya por valor de un par de machacantes en alguna moneda que hable el idioma de todos.
CLIENTE –Mi país aún no tiene moneda propia.
GROUCHO –Ese truco no le valdrá conmigo. Pídasela a otro país.
CLIENTE –Ya lo hago, pero dicen que me salto unas leyes y me invento otras para hacerme tan poderoso como ellos y poder pasármelos a todos por el arco de Bará mientras me gasto el dinero en lo que me da la gana.
GROUCHO –¿Y en qué se lo gasta?
CLIENTE –En fundar una república, per exemple.
GROUCHO –Usted sí que sabe poner ejemplos. Bueno y ¿qué es lo peor que podría pasarle?
CLIENTE –Quieren encarcelarnos a mí y a los míos.
GROUCHO –Quizá fueron ustedes muy malos en una vida anterior, pero ¿de qué se les acusa en ésta?
CLIENTE —Cohecho, tráfico de influencias, desobediencia, prevaricación, usurpación, pago de comisiones, financiación
ilegal, blanqueo, contrataciones irregulares, comisiones ilegales, desvío y malversación de fondos públicos…. ¿No ha oído hablar de todo eso, del tres per çent, del caso Palau…?
GROUCHO –Oiga, sólo para mi información: ¿ustedes corren detrás de una república o delante de la policía?
CLIENTE –¡No tengo miedo!
GROUCHO –¡Tiene razón! Todo el mundo debería tener la oportunidad de fundar una república cuando se ve acosado por sus acreedores. O por los guardias. Yo mismo debería haber fundado una. (A la secretaria) Miss Gómez, si lo hago, recuérdeme, para empezar, prohibir que la gente se invente leyes, una vez inventadas las mías. (Al cliente) Bien, dejémonos de tecnicismos. ¿Qué argumenta la parte contraria?
CLIENTE –Que no hemos hecho las cosas bien…
GROUCHO –Para eso me tiene a mí. Es el momento de que se note que mi secretaria no puso encima de mi mesa una montaña de papeles relativos al caso en vano: tuve que bajarlos yo mismo. Bueno, esfuércese usted también: ¿cuál es el caso?
CLIENTE –No tengo tiempo para explicaciones ¿Es que no está el señor Marx? Potser que parlant con él….
GROUCHO –Si usted no tiene tiempo, no querrá iniciar un protocolo que incluye procedimiento informativo, recogida de datos, testimonios, argumentación de las partes, interdictos, autos, mociones, quién sabe si alguna cena en un buen restaurant, incoación de expediente, provisión de fondos…..Aunque, esto último….
CLIENTE— Y usted, ¿qué haría?
GROUCHO –Con esa pregunta, acaba usted de demostrar la grandeza de espíritu que le ha traído hasta aquí para dejar el asunto en mis manos. Estaba tomando mi clase de idiomas cuando usted ha llegado (garrapatea algo en un papel)  tenía unas notas delante y…… déjeme hacer unos arreglos….. Usted necesita un golpe de efecto, que es su especialidad, ¿cierto?
CLIENTE –Cierto.
GROUCHO –¿Ve? Todo el mundo está dispuesto a creer eso. Sigamos: saltar por encima de todo lo que los otros esperan y sorprenderlos mientras duermen.
CLIENTE –Aixó sona bé.
GROUCHO –Escuche: ellos ya conocen todos los flancos por los que ser atacados, pero esto es lo último que esperarían oír de ustedes. Y se dejarán coger, presas del desconcierto. Aquí tiene. (le da el papel). Está escrito en un idioma extraño para usted, pero no importa, pronúncielo tal cual, cantándolo sobre… ¡esta música!  (Suena de nuevo “Els segadors”).
CLIENTE (Cantando)
–Cataluuunha triun-phaaaant
Volveráaaaser rica-&-ple-na
Para entonces yaestareee-
mosenla
tre-ena.
Cumpliendolaaaaa….
Cumpliendo cada uno su
conde-ena.
(Pausa)
GROUCHO –¿Qué me dice?
CLIENTE  (Confundido) —No lo sé…. Déme un minuto… (Se queda ojeando el papel)
(Entra precipitadamente el CLIENTE 2, seguido a la carrera por Miss Gómez)
MISS GÓMEZ –Jefe, ¡uno más!
GROUCHO -¡¡¿Más!!?
CLIENTE   —!!!¿Más?!!!
MISS GÓMEZ (A Groucho) —Me ha dado el mismo nombre y apellido que el primer cliente, quería ser atendido sin esperas y ya no he podido pararle cuando le he dicho que atendía usted a otro cliente con el mismo nombre falso.
CLIENTE 2
, (Encarándose al cliente 1) —¡¿No ho sé?! ¡¿Un minut?! ¿Qué haces tú con esa pinta en el despacho cochambroso de un abogado que ni aparece en la guía?
GROUCHO –¿Ve, miss Gómez? No es usted la única que se hace esa pregunta.
CLIENTE  (Al cliente 2) –¿Y qué haces tú, también camuflado, en ese mismo despacho?
GROUCHO  —Es un acertijo fascinante, y yo cobro por horas. Tómense su tiempo.
CLIENTE  (Al cliente 2) –¿Y si el abogado tiene razón? Es una broma fantástica.
CLIENTE 2 –!Es un insult!
CLIENTE  –!Podría funcionar!  ¿Y si lo cantamos mañana en el plenari……?
CLIENTE 2  –!Ni hablar!
CLIENTE  –Seguro que me haria subir…
CLIENTE 2 –!Prou! Yo te puse ahí para que me guardases el puesto mientras se enfriaba el forn de jueces, fiscales y tribunos de la plebe; y ahora te encuentro buscando a mis espaldas algo que “te” haga subir, dejándome a mí en la trastienda. !Vergonya! Pero te recuerdo que el que tiene tirón soy yo. Todavía tengo tres o cuatro demarcaciones volcadas en mí; pondré a mi favor a sus representantes, convocaré un referendum y nos independizaremos de vosotros.
CLIENTE  –!No tienes una mayoría cualificada!
CLIENTE 2 –!¿Y desde cuándo nos paramos en cosas así?!
GROUCHO –Así se habla, mr. Pantomaca segundo. Fundaremos una república en todo el centro de la otra república.
CLIENTE –!Es indignant! !Abandono la sala!. Nos veremos las caras. (Sale indignado)
GROUCHO –Eso será cuando se quiten todo el maquillaje que se han puesto para venir aquí.
CLIENTE 2 (A Groucho) –-Además de llamarme «segundo», ¿ha dicho usted ”fundaremos”?
GROUCHO –Necesitará un abogado, ¿no?
CLIENTE 2 –¿Para fundar una república?
GROUCHO –No. Para demandarme a mí cuando publique lo que se ha visto y oído aquí y todo el mundo hable de ello.
CLIENTE 2 –Si usted cuenta aixó, nadie creerá que es real.
GROUCHO –Se sorprendería usted de lo que la gente puede creer que es real. Bueno, ¿qué me dice?
CLIENTE 2 –Bah, bah. Pero, trabajando para mí, usted sería al mismo tiempo el demandante y el demandado….
GROUCHO –¿Se da cuenta de la carga de profundidad jurisprudencial que eso contiene? ¿O es que prefiere seguir trabajando con los tristes procedimientos de siempre?
CLIENTE 2 –No ho sé…. (Pausa) ¿Sabe qué? Los golpes de efecto son mi especialidad. Audacia es el juego !Ho farem! ¡Lo haremos!
GROUCHO –Bien, antes un par de cosillas: como su socio se ha ido sin pagar, lo pondré en la cuenta de usted. Y, bueno, como demandado no suelo cobrar, pero como demandante le pasaré una buena factura.
CLIENTE 2 –Mi país aún no tiene moneda propia.
GROUCHO  (Mohino) –Comprendo. (Lo mira de arriba abajo. Vuelve a sentarse ante su mesa) Bueno, no se olvide de venir a verme cuando la tenga. Pero, por lo que veo, le va mejor sin ella. (Saca un billete) ¿Ve estos cinco pápiros?
CLIENTE 2  –No puc aceptar donativos que no pasen por registro…..
GROUCHO –Nada de registros. Mire, si no estuviera tan ocupado, yo mismo le acompañaría al bar de abajo; es la hora del vermú, usted anda por ahí sin un chavo… Coja esos cinco, beba por valor de veinte y, a la hora de pagar, diga que sólo acepta facturas en latín.
CLIENTE 2  –!Ah! Una invitaçió es una invitaçió. !Venga ese bitllet!
MISS GÓMEZ (Adelantándose y cogiendo el billete de la mano de Groucho) —Por fin, los cinco pavos que me debía del mes pasado. Gracias, jefe.
CLIENTE 2 (Frustrado) ¡Vagi!
GROUCHO –Bueno, la intención es lo que cuenta, ¿verdad?. Miss Gómez, acompañe al senyor a la puerta.
CLIENTE 2 –No cal. Tinc pressa. Adeu. (Sale)
MISS GÓMEZ –Jefe, ¿se da cuenta de que han estado a punto de sacarle cinco pápiros?
GROUCHO –No lo pregone. Un día tonto lo tiene cualquiera. ¿De veras le debía esos cinco?
MIS GÓMEZ –No.
GROUCHO –Quédeselos, de todas formas. Alguien tiene que ganar algo alguna vez en este despacho. Bueno, es la hora del vermú y todavía nos queda la botella de grandes celebraciones, ¿no es así?
MISS GÓMEZ  –Intacta. (Llena dos copas). Podía haberle invitado a él directamente.
GROUCHO –¿Y a eso le llamaría usted una gran celebración?
MISS GÓMEZ –¡Tiene razón! ¿Brindamos por algo, jefe?
GROUCHO –Por la gente que no necesita abogados.

FIN

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