“No creo en la inteligencia artificial”

por | Jul 8, 2015 | ANTROPOLOGÍA, INVESTIGACIÓN, La vida/Medicina, NEUROCIENCIAS


PACO CALVO, profesor titular de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Murcia, es director del Laboratorio de Inteligencia Mínima (MintLab,  www.um.es/web/minimal-intelligence-lab) y miembro del comité científico del Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetal (LINV, Florencia). Ha editado “The architecture of cognition” para MIT Press. En la actualidad prepara un libro sobre Cognición Vegetal (Plant Cognition: The Next Revolution).


Adelantos –Los mosquitos son inteligentes. ¿En qué consiste que nosotros lo seamos más, si es que lo somos? 

Paco Calvo –Niego la mayor: no somos más inteligentes. Nos creemos el culmen de la evolución. Nos gusta pensar que la inteligencia es algo exclusivamente humano. “Ombligocentrismo” puro y duro. La idea de una cognición invertebrada ha venido para quedarse. Los ejemplos abundan más allá del manido panal de rica miel y de la capacidad de las abejas para comunicar la distancia y dirección a una fuente de néctar. Pero, superado el trauma de asumir que no somos la única especie inteligente, la situación, como decía, es todavía peor de lo que pudiera pensarse: los animales humanos no somos más inteligentes, sino simplemente inteligentes en un sentido distinto. No le pidas a un mosquito que haga una reserva de avión para irse de vacaciones. Pero tampoco le pidas a un humano que sea capaz de discriminar entre una veintena de señales bióticas y abióticas, como de hecho, pueden hacer las plantas, quienes muestran una conducta flexible y, por cierto, ¡ni tan siquiera tienen neuronas!

–Un robot, de los que ganan al ajedrez, ¿tiene cognición? 

–No. La cognición es un atributo biológico. No creo en la inteligencia artificial. La capacidad que tenemos de programar sistemas, mal llamados “autónomos”, evidencia la capacidad cognitiva de quien escribe el programa. En cualquier caso, podría replanteármelo en caso de que un programa ganara a un humano al ajedrez jugando del mismo modo en que juega el humano. A fecha de hoy, no es el caso.

“Los animales humanos no somos más inteligentes; sólo inteligentes en un sentido distinto”
Libro-The-Architecture-of-Cognition

El libro «The architecture of cognition»

–Y si nuestra cognición tuviera otra arquitectura, ¿qué sería de nosotros? 

–Un amigo mío suele decir que si su abuela tuviera ruedas sería una bicicleta. El problema es discernir hasta qué punto la estructura cerebral es determinante a la hora de generar, o de permitir que emerja una forma de cognición u otra. La postura mayoritaria es el “funcionalismo”, que, tecnicismo aparte, viene a decir algo así como que el sustrato neuronal no importa; que la inteligencia puede ser la misma con independencia de la estructura que subyace a la misma. Imagínate un intercambio monetario. Si me debes 50 euros y me los pagas, poco importa si lo que me echo al bolsillo son monedas, papel moneda o un cheque (¡siempre que tenga fondos!). Es decir, el sustrato no es la cuestión. Yo soy de los que piensa todo lo contrario. No podemos adquirir la misma funcionalidad con distintos sustratos. Otra arquitectura daría lugar a una forma distinta de cognición.

“Las plantas discriminan entre una veintena de señales y muestran una conducta flexible, sin tener neuronas”

–¿Qué papel juega el cuerpo en todo esto? 

–Esencial. Es crucial entender que la cognición no es algo que “segregue” el cerebro. Lo que llamamos “cognición” es el resultado emergente de multitud de interacciones que tienen lugar entre aspectos neuronales, sí, pero sólo conjugados con aspectos corporales (entre otras cosas). Uno de los retos consiste en “descargar” al sistema del máximo de tareas computacionales.

–En esto de la cognición, ¿hay una visión clásica y otra moderna? 

–Sí. La visión clásica no concibe lo cognitivo si no es entendido en términos computacionales. El modelo es el de la inteligencia artificial, y la metáfora-guía la puso sobre la mesa hace más de medio siglo la “revolución cognitiva” con el desarrollo, entre otros catalizadores, de los primeros ordenadores digitales. Que el cerebro sea el hardware y la mente el software es precisamente lo que la visión contemporánea rechaza. Pensar puede no tener nada que ver ni con computar ni con representar. Pensar en voz alta no consiste en usar un “lenguaje del pensamiento” ni en seguir reglas preestablecidas.

“Pensar puede no tener nada que ver con computar ni con representar”

–¿En qué se nota que uno tiene una buena cognición? 

–En cualquier cosa menos en hacer gala de una conducta racional. Un consejo: no te fíes nunca de alguien que haga gala de ser completamente racional. Hormonas, emociones,… el paquete es más complejo que la ejecución de un algoritmo.

“No te fíes de alguien que hace gala de ser completamente racional”

–Las plantas tienen memoria… ¿y algo más? 

–Uy, ¡las plantas! Ahí me has tocado la “fibra”. Las plantas tienen memoria. Las plantas aprenden, toman decisiones, se comunican,… Las plantas son inteligentes. Si todavía nos cuesta ver cognición en animales no humanos, imagínate en seres vivos que no tienen neuronas. Sin embargo, carecer de un sistema nervioso no significa no poder procesar información.

“Es posible que la mente se encuentre, en parte, fuera del cráneo”

–Ud es coautor de la traducción de un clásico en todo esto: “La mente extendida” (Clark y Chalmers). ¿Qué es una mente extendida? 

–Clark y Chalmers se preguntan dónde está la mente. Si lo pensamos bien, no es obvia cuál es su ubicación. ¿Hemos de identificar lo mental exclusivamente con lo cerebral? Es posible que la mente se encuentre, en parte, fuera del cráneo. El conjunto de interacciones causales que sustentan cualquier competencia cognitiva requiere de un cuerpo y de un entorno. Piensa en un sujeto con Alzheimer que apunta en un bloc de notas lo que no puede recordar. Si no recuerdas algo y lo apuntas en un papel, ¿qué diferencia hay, a fin de cuentas, entre recurrir a la extracción de información de tu memoria biológica o consultar un bloc que llevas contigo a todos lados? La tesis de la mente extendida juega con nuestras intuiciones más básicas en ciencia cognitiva.

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