Últimos supervivientes de 3 especies vegetales, en Cartagena

por | Abr 4, 2017 | La vida/Medicina


¿Es insólito que tres casos de plantas extintas, no-extintas, y siempre en peligro de extinción, se den en un mismo sitio? Manzanilla de Escombreras, Jara de Cartagena y Garbancillo de Tallante se han salvado “in extremis” de la desaparición, pero su supervivencia dista de estar garantizada. Los tres máximos especialistas en esas tres especies comparten por vez primera un espacio para dárnoslas a conocer juntas.


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Manzanilla de Escombreras, en peligro crítico, para la UICN

Por: Mayra Aguado López, doctora en Biología, especializada en conservación de flora. Ha trabajado en diferentes proyectos de conservación de especies amenazadas en el departamento de Producción Vegetal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena. Realizó su tesis doctoral sobre la manzanilla de Escombreras, y ahora trabaja en el proyecto de conservación de la jara de Cartagena.

Por: Mayra Aguado López, doctora en Biología, especializada en conservación de flora. Ha trabajado en diferentes proyectos de conservación de especies amenazadas en el departamento de Producción Vegetal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena. Realizó su tesis doctoral sobre la manzanilla de Escombreras, y ahora trabaja en el proyecto de conservación de la jara de Cartagena.

Anthemis chrysantha J. Gay, conocida popularmente como manzanilla de Escombreras, es una planta anual (completa su ciclo biológico y muere en un solo año) que puede alcanzar los 30 cm de altura y que pertenece a la familia de las compuestas. Sus flores amarillas se presentan agrupadas en inflorescencias denominadas capítulos y sus hojas son de color verde-grisáceo. Esta planta emerge con las primeras lluvias de otoño, florece en primavera y sus frutos maduran en junio, momento en el que la planta muere.

Cartagena, única localización europea de esta planta.

La manzanilla de Escombreras es un endemismo iberoafricano de hábitat costero presente tan sólo en el norte de Argelia y en el sureste de España, en Cartagena, siendo ésta la única localización europea. En Argelia se encuentra en la provincia de Mostaganem y en las Islas Habibas y Kristel en la provincia de Orán.

En Cartagena, desde finales de los años 90 solo permanecen dos poblaciones naturales, una en la Isla de Escombreras, visible desde el puerto de la ciudad y de la que toma su nombre, y otra en la Punta de La Azohía, en uno de los extremos del golfo de Mazarrón. Aunque ambas poblaciones cuentan con un alto número de individuos (alrededor de 40.000 y 10.000, respectivamente y variando según los años), tienen un área de ocupación total que apenas alcanza las dos hectáreas, lo que hace que la especie se encuentre catalogada como En Peligro de Extinción en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia, y como En Peligro Crítico a nivel internacional, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Dado su grado de amenaza, en el año 2006 investigadores de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) comenzaron a estudiar la biología de esta especie, demostrando que la manzanilla de Escombreras posee toda una serie de estrategias de supervivencia que le han permitido adaptarse a las duras condiciones climáticas del ambiente semiárido, típico del sureste español, donde vive, y que hacen de ella una buena candidata para las introducciones en campo, hecho de gran importancia para su conservación. Así, cuando las plantas fructifican a principios de verano y mueren, son capaces de permanecer sobre el terreno durante varios meses conservando sus semillas en los capítulos de las plantas secas, protegidas de predadores muy activos en la época estival como pájaros e insectos, formando lo que se conoce como banco aéreo de semillas.

Manzanilla de Escombreras, Anthemis chrysantha, en floración.

Manzanilla de Escombreras, Anthemis chrysantha, en floración.

Población natural de la Manzanilla de Escombreras en la Punta de la Azohía.

Población natural de la Manzanilla de Escombreras en la Punta de la Azohía.

Dos tipos de semilla: una normal y otra para la sequía.

En el otoño siguiente, la liberación de las nuevas semillas se produce de manera gradual con los diferentes episodios de lluvia, con lo que irán cayendo a un suelo húmedo que favorecerá además su germinación. Pero ésta no es la única estrategia de supervivencia que posee la manzanilla. Se sabe que no todas las semillas germinan aunque las condiciones sean favorables y tengan agua disponible, ya que esta curiosa planta tiene dos tipos de semillas, unas de color blanco que germinan nada más caer al suelo y otras más oscuras que prácticamente no germinan, de tal forma que se van acumulando formando un banco de semillas en el suelo. Este banco constituye una reserva muy importante para la especie, ya que permite que se pueda establecer una nueva generación de plantas después de un año de extrema sequía, relativamente frecuente en esta zona, en el que se ha podido producir un fallo en la floración y fructificación de la población natural, y por tanto apenas habrá producción de nuevas semillas.

El amplio conocimiento conseguido acerca de esta especie permitió a la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPCT desarrollar durante 2015 el proyecto titulado “Acciones para la conservación en el litoral de Murcia de la manzanilla de Escombreras, una especie en peligro de extinción”, que contó con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente, y de la Autoridad Portuaria de Cartagena. El objetivo principal del proyecto fue conectar ecológicamente las dos poblaciones naturales de la especie localizadas en Cartagena, mediante la introducción de dos nuevas poblaciones en la costa cartagenera (en la Cala del Bolete Grande y en La Algameca Chica) y reintroducir una población desaparecida a finales del siglo pasado en la zona continental de Escombreras. El establecimiento a largo plazo de estas tres nuevas poblaciones de manzanilla de Escombreras, superando  años de extrema sequía que constituyen la mayor amenaza tanto para la poblaciones introducidas como para las  naturales, y que desafortunadamente son tan frecuentes en el sureste español, nos permitirá conocer el éxito de las mismas, aunque resulta alentador el hecho de que se haya establecido ya la segunda generación natural de plantas a partir de las introducidas en 2015, al menos en Bolete Grande y en La Algameca Chica.

Su recuperación depende…

Junto a estas acciones de conservación in situ de la especie, también se desarrollaron acciones concretas para la conservación ex situ, mediante la recolección de semillas de sus dos poblaciones naturales y su almacenamiento en el Banco de Germoplasma de la Universidad Politécnica de Cartagena, con la finalidad de conservar a largo plazo la mayor diversidad genética de la especie. Asimismo, durante 2015 se llevaron a cabo numerosas acciones de concienciación social ante la especie y de promoción de su valor natural y del entorno en el que se desarrolla. Toda esta actividad divulgadora ha ayudado, sin duda, a que la manzanilla de Escombreras haya sido nombrada (por votación popular) por la web de difusión científica “Los Porqués de la Naturaleza” como Planta del Año 2017. Sin embargo, para la recuperación de la especie, resulta esencial continuar con esta labor de conservación desde todos los ámbitos posibles. En este sentido, es de esperar que el gobierno regional de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia elabore a corto-medio plazo el plan de recuperación de la especie, lo que supondría un importante paso hacia adelante en su conservación.


Jara de Cartagena, acosada por pinares, minería, incendios…

Por: María José Vicente Colomer, profesora en la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena. Responsable del proyecto de conservación de la Jara de Cartagena.

Por: María José Vicente Colomer, profesora en la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena. Responsable del proyecto de conservación de la Jara de Cartagena. 

La Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis) es la representante ibérica de una planta endémica de nuestra península y del norte de África, que se encuentra entre los taxones de flora más amenazados de la Península Ibérica. Se trata de un pequeño arbusto de hasta 80-90 cm de altura, muy ramificado, con las ramas cubiertas por una densa vellosidad. Las hojas son elíptico-lanceoladas, tomentosas, con los márgenes ligeramente curvados hacia el envés. Sus flores presentan cinco pétalos rosas, de hasta 25 mm de longitud, con una mancha basal de color amarillo y una banda blanca entre ésta y el resto del pétalo. Los ejemplares adultos florecen todos los años y cada uno produce decenas de flores. Aunque la fructificación es escasa, sus frutos, en cápsulas, producen numerosas semillas de color pardo, pequeñas pero pesadas, que se dispersan por el viento o los animales.

“Extinta” durante tres lustros

La Jara de Cartagena fue descubierta en 1901 por el botánico Jiménez Munuera en el monte Sancti Spiritu, siendo descrita como una población abundante junto a una segunda localizada en 1904 en el entorno de la Peña del Águila, ambas en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión. No obstante, en 1973 la Jara de Cartagena fue dada por extinta. El hecho de que la actividad minera a partir de 1957 pasase a desarrollarse a cielo abierto debió ser la causa de la desaparición de la población en el Sancti Spiritu. En el caso de la Peña del Águila, la población pudo desaparecer progresivamente debido a la maduración del pinar existente, con la acumulación de acículas muertas bajo el dosel arbóreo que dificultaban la incorporación de semillas al suelo y el reclutamiento de nuevas plántulas. A este proceso se sumó el desarrollo de extensos pastizales de lastón (Brachypodium retusum), una gramínea que forma densos céspedes de hasta 30 cm de espesor donde es imposible la regeneración del jaral. Además, el descenso en el número de individuos de jara de Cartagena pudo favorecer la formación de híbridos con la jara blanca (C. albidus), mucho más abundante en el área y con mayor presión polinizadora; si bien esto supone una gran amenaza para la supervivencia de Cistus heterophyllus, también es cierto que estos fenómenos de hibridación suceden en las poblaciones africanas de forma natural y frecuente.

No fue hasta 1986 cuando se descubrió una población valenciana localizada en la Pobla de Vallbona, aunque integrada por un solo individuo y, además, estéril. Poco tiempo después, en 1993, se encontró una pequeña población murciana en el Llano del Beal, al noroeste de la Peña del Águila, formada por 9 individuos. Por desgracia, todos ellos desaparecieron como consecuencia de un incendio que se produjo en la primavera de 1998.

Flores de la Jara de Cartagena.

Flores de la Jara de Cartagena.

Una población natural de… cuatro individuos

A pesar del temor de que este incendió hubiera acabado definitivamente con la jara de Cartagena, la reactivación mediante el riego del banco de semillas del suelo permitió la germinaron de nuevas plántulas de la especie, de las que 24 lograron convertirse en ejemplares adultos reproductores. Sin embargo, desde aquella fecha, muchos de ellos han muerto por senescencia, aunque el paso del tiempo también ha hecho que algunos jóvenes individuos se hayan incorporado a la población. En marzo de 2013, la población murciana original estaba constituida por 17 individuos, de los cuales 10 ejemplares presentaban caracteres morfológicos dentro del rango de variación de C. heterophyllus subsp carthaginensis y otras 7 plantas se adscribían al híbrido C. heterophyllus x C. albidus. A día de hoy, en la población natural solo sobreviven 4 individuos, de los que dos de ellos muestran signos de hibridación con la jara blanca.

Siguiendo los criterios y categorías de amenaza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en 1990 la especie se incluye en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de “en peligro de extinción”. En la Región de Murcia, en el año 2003 se incluye en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida y en febrero de 2014 la Comunidad Autónoma aprueba el Plan de recuperación de la especie. Con el fin de frenar en Murcia el declive histórico de la jara de Cartagena, a principios de año arrancó el proyecto “Acciones para la recuperación y conservación de la especie en peligro de extinción jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis)”, que durará hasta diciembre de 2017 y que está siendo llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente, y de la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

La estrategia de la hibridación

Dicho proyecto, que reúne muchas de las acciones contempladas en el plan de recuperación, pretende reducir la amenaza de extinción que pesa sobre la especie, desarrollando una estrategia integrada de conservación que combina técnicas in situ y ex situ, con otras medidas relacionadas con la promoción y sensibilización social. Por otra parte, mediante el uso de herramientas genéticas moleculares se rastrearán los eventos de hibridación que han ocurrido entre la jara de Cartagena y la jara blanca, que están dando lugar a un proceso de especiación natural que se pretende asimismo conservar. Si bien la hibridación representa una grave amenaza para la salvaguarda de la “pureza” de la especie, recientes trabajos han puesto de manifiesto el consenso que existe entre expertos en la biología de la especie y técnicos en conservación acerca de la importancia genética y filogenética de estos fenómenos y el reto que supone conservar todo el acervo genético de la especie.

Será conservada en bancos de germoplasma

Así, entre las acciones in situ contempladas en el citado proyecto, se producirá planta en vivero para que pueda ser introducida en el hábitat natural de la especie con la finalidad de aumentar el número de individuos reproductores y el número de núcleos poblacionales, a fin de establecer a medio plazo una población reproductiva, estable y autosuficiente de jara de Cartagena. Entre las medidas ex situ, se consolidará una colección de referencia que permita la obtención de material de reproducción de manera continuada a lo largo del tiempo y se recolectarán semillas de la población natural para su conservación a largo plazo en bancos de germoplasma. Para dar a conocer la especie, se editarán materiales divulgativos y científico-técnicos y se realizarán actividades de difusión y sensibilización dirigidas a la sociedad en general, a la vez que se programarán actividades sociales participativas en el ámbito del voluntariado ambiental dentro de los trabajos de conservación in situ de la especie. Aunque la crítica situación en la que se encuentra la especie hará difícil la consecución de algunos de estos objetivos, no cabe duda de que este año se impulsará en gran medida la recuperación y conservación de la jara de Cartagena.

Recolectando material para el estudio genético de la planta.

Recolectando material para el estudio genético de la planta.

Detalle de las plántulas en el cultivo en vivero.

Detalle de las plántulas en el cultivo en vivero.


El Garbancillo de Tallante: ahora, más lejos de la extinción

Por: Juan José Martínez Sánchez, catedrático de Producción Vegetal en la Universidad Politécnica de Cartagena. Coordinador del proyecto europeo LIFE para la conservación del Garbancillo de Tallante.

Por: Juan José Martínez Sánchez, catedrático de Producción Vegetal en la Universidad Politécnica de Cartagena. Coordinador del proyecto europeo LIFE para la conservación del Garbancillo de Tallante.

El garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus Jiménez Mun. & Pau) es una leguminosa herbácea, no comestible, que crece exclusivamente en el oeste del municipio de Cartagena. Actualmente, sólo se conoce una única población natural de garbancillo que está formada por cuatro núcleos poblacionales cercanos a las localidades de Tallante y Los Puertos de Santa Bárbara.

Extinta y redescubierta

Desde su descubrimiento en 1909 por Francisco de Paula Jiménez Munuera, los botánicos perdieron la pista de la especie y, en la Lista Roja de la Flora Vascular Española del año 2000, los especialistas la dan como especie extinta. Sin embargo, en 2004 fue redescubierta de nuevo y a partir de ese momento la administración de la región de Murcia se hizo cargo de su conservación, dando los pasos necesarios para incluirla en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría de “En Peligro de Extinción”.

Esta planta es exclusiva de terrenos volcánicos sueltos, permeables, donde sus raíces pueden profundizar buscando el agua filtrada por las arenas y gravas volcánicas depositadas en las partes bajas de los cerros volcánicos, donde el hombre, además, ha roturado el terreno ancestralmente. Suele aprovechar los cultivos recién abandonados donde todavía no hay gran competencia con el resto de especies colonizadores para instalarse en pequeñas poblaciones de decenas o centenares de individuos. Su ciclo de vida es corto, siendo muy raro encontrar ejemplares adultos de más de tres años. En verano, pierde las hojas, quedando algunas yemas adormecidas en la base de los tallos, que refrotarán con fuerza tras las primeras lluvias del otoño, si han conseguido sobrevivir a la sequía estival.

En la actualidad, el tamaño de la población natural de la especie fluctúa entre 150 y 300 individuos reproductores, a los que hay que sumar más de 2.000 individuos supervivientes de las reintroducciones realizadas en los últimos años al amparo del “Proyecto LIFE para la Conservación de Astragalus nitidiflorus en su hábitat potencial de la región de Murcia”, financiado por la Unión Europea desde 2012 hasta 2016.

Dicho proyecto ha supuesto un gran espaldarazo a la conservación de la especie, ya que ha permitido llevar a cabo una extraordinaria batería de acciones de conservación imprescindibles para la recuperación del garbancillo, una vez que ya se conocía la biología y ecología de la especie, gracias a los estudios llevados a cabo por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) desde 2006. Acabado el proyecto, tanto la Administración regional como el Ayuntamiento de Cartagena, siguen implicados en la conservación de la especie junto con la UPCT y la Entidad de Custodia para la Conservación del Garbancillo de Tallante (ECUGA), entidad sin ánimo de lucro creada al amparo del proyecto LIFE. La creación de la ECUGA ha supuesto La implicación de la población local del entorno del hábitat del garbancillo y lo ha convertido en el emblema medioambiental distintivo del oeste de Cartagena, impulsando el turismo ecológico, cultural y la vida rural.

Planta en floración de garbancillo de Tallante en su hábitat natural.

Planta en floración de garbancillo de Tallante en su hábitat natural.

Ahora está en la letra de una canción

En los próximos meses, se aprobará el Plan de recuperación del Garbancillo de Tallante, que está ultimando el gobierno regional, que contempla las amenazas de la especie, su situación actual y las medidas necesarias a tomar para su conservación. Entre las acciones concretas de conservación que se han llevado a cabo gracias al proyecto LIFE y que se seguirán implementando en el Plan de recuperación, destaca la conservación de más de 170.000 semillas en bancos de germoplasma, así como el desarrollo de un protocolo de  producción en vivero que ha permitido criar con éxito las más de 10.000 plantas que se han llevado a campo desde 2013 a 2015. A pesar de la sequía que ha caracterizado los cuatro años de duración del proyecto, la supervivencia de las plantas introducidas es similar a las de las poblaciones naturales, siendo una buena parte de ellas capaz de florecer y fructificar. La fructificación de las plantas introducidas ha supuesto un aporte de semillas de forma natural al suelo del hábitat de más de 400.000 semillas, en las que basamos nuestra esperanza de una pronta recuperación natural de las poblaciones.

Para la conservación de estas especies amenazadas es imprescindible la concienciación pública y divulgación. En este sentido se han editado cuatro manuales informativos, una monografía sobre la biología de la especie, una guía educativa, tres cuentos para niños de educación infantil, primaria y para niños con necesidades educativas especiales. Además de trípticos, láminas de la especie, pósteres, camisetas. Además, las acciones divulgativas se han completado con vídeos en el canal de YouTube, noticias en los medios de comunicación, la letra de una canción de un grupo musical  (Materia primo, “Astragalus nitidiflorus”), y la declaración del garbancillo de Tallante como “Planta del año 2016” por la web de divulgación científica “Los Porqués de la Naturaleza” ( ver www.lifegarbancillo.es; https://custodiadelgarbancillo.es)

Es imprescindible para la conservación del garbancillo de Tallante seguir trabajando desde todas las administraciones, asociaciones e instituciones implicadas en la conservación de la biodiversidad. La ECUGA, que ha sido clave para la consecución de los objetivos del proyecto, debe afianzarse como una entidad continuadora de las labores iniciadas en el seno del mismo, garantizando el desarrollo de iniciativas de concienciación medioambiental para la sociedad, fomento de actividades de naturaleza y conservación del garbancillo de Tallante. También como elemento de dinamización económica.

Detalle de la floración del garbancillo de Tallante.

Detalle de la floración del garbancillo de Tallante.

Garbancillo de Tallante floreciendo en su hábitat natural.

Garbancillo de Tallante floreciendo en su hábitat natural.


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