“Una ‘teoría del todo’ quizá nos daría menos respuestas que nuevas preguntas”

por | Ene 13, 2015 | EL COSMOS, Libros


Autor de casi dos decenas de libros (sin contar ensayos, artículos, etc) Rafael Alemañ Berenguer brilla con luz propia entre los mejores divulgadores científicos de este país, por lo prolífico y variado de su producción y, sobre todo, por su capacidad para hacerse entender por públicos de todos los niveles. Químico, físico y diplomado en Estudios Avanzados, es colaborador honorífico de la Universidad de Elche en Ciencia de Materiales, Óptica y Tecnología Electrónica, y de la de Alicante, en Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal. Y es, desde el principio, colaborador fijo de «Adelantos». Hablamos con él sobre su último y recién publicado libro: “Física. Del átomo al Universo” (edit. Guadalmazán, 2014).


Rafael Alemañ Berenguer. Autor de: “Física. Del Átomo al Universo”.

Rafael Alemañ Berenguer, autor de: “Física. Del Átomo al Universo”.

Adelantos –Es fácil pensar que el átomo es algo así como una representación del Universo, o de un sistema solar, en otra escala… ¿Es así en algún sentido?

Rafael Alemañ –No, en absoluto. Los seres humanos solemos pensar mayoritariamente por medio de imágenes. “Imaginamos” las cosas, y si su comportamiento coincide con aquellas expectativas que surgen de nuestra experiencia en la vida cotidiana, creemos entenderlas. Por eso el ser humano, a lo largo de su historia cultural, ha elaborado una imagen coherente del mundo que le rodea, una “naturaleza imaginada”. No obstante los descubrimientos de la microfísica durante el siglo XX han despojado a las partículas elementales de cualquier clase de familiaridad con los fenómenos del mundo macroscópico en el que habitamos. A partir de ese momento, nos enfrentamos a una “naturaleza calculada”, que en cierto modo nos produce vértigo por la ausencia de imágenes comunes en las que apoyarnos. El átomo es fácilmente imaginable como un sistema solar en miniatura, y así se describe en multitud de textos de introducción a la ciencia. Sin embargo, la física actual nos confirma que se trata de algo enormemente más abstracto y difícil de comprender, pero a la vez infinitamente más misterioso y fascinante.

–La Física intentaba, entre otras cosas, que todo fuera predecible, y, al parecer, ha terminado demostrando exactamente lo contrario… ¿Todo es, en esencia, impredecible?

–En un sentido profundo, los fenómenos de la naturaleza parecen estar sometidos a un elemento de azar irreductible, que proviene del carácter parcialmente aleatorio de la física cuántica. Pensamos que todo cuanto existe puede explicarse, de un modo u otro, sobre la base de sus componentes microscópicos. Y si esos componentes poseen un carácter azaroso que no puede eliminarse por mucha más información que acumulemos sobre ellos, sí cabe decir que algunas de sus conductas son fundamentalmente aleatorias. Ahora bien, eso no significa que “todo pueda ocurrir” o que “nada sea predecible”, como suele aducirse en ocasiones. Hay reglas cuánticas que seleccionan un conjunto de posibles resultados de un fenómeno físico excluyendo los demás, luego no todo puede suceder. Además, también hay propiedades y comportamientos perfectamente predecibles en los fenómenos naturales, especialmente a escalas mucho mayores que las del micro-mundo.

órbita–¿Es posible explicar en pocas palabras qué es eso de la “Dinámica No Lineal”?

–Se suele confundir el azar de la dinámica no lineal -popularmente conocida como “teoría del caos”- con el azar cuántico. La dinámica no lineal estudia los sistemas complejos, que no lo son necesariamente porque tengan muchos componentes, sino porque las interacciones entre ellos son muy intrincadas. Esto provoca que, aunque las leyes que gobiernen estos sistemas sean por completo deterministas, la complejidad de sus interacciones hace imposible cualquier predicción de su comportamiento futuro. Esto es distinto de la impredictibilidad cuántica, que tiene sus raíces en las leyes no deterministas que rigen el micro-cosmos.

–¿Y lo de las “teorías gauge”?

–Eso es algo todavía más abstracto. Podríamos entenderlas como teorías físicas que se basan en una propiedad muy peculiar del lenguaje matemático con que describimos el mundo. Esa propiedad, que llamamos “simetría gauge”, permite deducir la existencia de los campos de fuerzas fundamentales -al menos, en principio- suponiendo la conservación de ciertos rasgos muy generales de la naturaleza. Si bien es cierto que la gravedad no ha conseguido insertarse en el marco gauge -y hay quien piensa que jamás lo hará- otro debate que surge en estas teorías consiste en discernir si la simetría gauge es importante por el tipo de lenguaje matemático con que describimos la naturaleza (de momento carecemos de otro mejor), o es realmente una propiedad fundamental del mundo físico.

“Necesitamos nuevas visiones de la realidad”  
Albert Einstein.

Albert Einstein

Arthur Eddington.

Arthur Eddington

–¿Qué demostró exactamente el bosón de Higgs?

–Que nuestra mejor teoría de partículas elementales, el “modelo standard”, había encontrado la pieza que faltaba por encajar. También probó (si se confirma que la partícula hallada en 2012 es la versión más simple de los bosones de Higgs, y así parece ser) que el vacío cuántico es una estructura mucho más rica e interesante de lo que creíamos, y ya creíamos que lo era bastante antes de este descubrimiento.

–Universo pulsante, teoría de cuerdas, multiversos, agujeros de gusano… En los últimos tiempos han surgido muchas visiones, hipótesis, teorías impactantes… A tu juicio, ¿cuál de ellas se mantiene más firmemente en pie?

–Creo que ninguna de ellas se mantiene, por ahora, tan firmemente en pie como a muchos nos gustaría. La proliferacion de conjeturas e hipótesis, que van desde lo ingenioso hasta lo descabellado, demuestra que estamos en una época de cambio en la que reconocemos la necesidad de nuevas visiones de la realidad, pero aún carecemos de un marco verdaderamente nuevo y coherente de tales ideas.

Bertrand Russell.

Bertrand Russell

–Todo el mundo busca con afán una “Teoría del Todo”. ¿Cuál es el principal misterio que quedaría explicado con ella?

–Nadie lo sabe en realidad, pero existe una vaga creencia general de que una teoría de unificación de las fuerzas fundamentales -electromagnética, nucleares y gravitatoria- nos brindaría una respuesta a casi todas las preguntas sobre el mundo físico que pudiésemos hacernos. Dudo mucho que fuese así; no tanto por la inexistencia de esa teoría unificada -aunque algunos autores sí sostienen tal inexistencia- sino porque no creo que proporcionase tantas respuestas como se suele suponer. Más bien creo que abriría nuevos e inquietantes enigmas, y eso es lo que me parece más atractivo de ella.

–Hay una pregunta al alcance de todos, aunque la respuesta, al parecer, no: ¿el Universo es infinito?

–Tampoco es algo que se sepa con certeza. Decir que sí, soluciona gran cantidad de problemas en Cosmología, pero abre otros igualmente numerosos. Primero, abría que distinguir entre “espacialmente finito” y “temporalmente finito”. Si hubo un Big Bang, un instante inicial (y hay quien también duda de eso), es obvio que no es infinito, al menos hacia atrás en el tiempo desde el momento actual. La pregunta de la infinitud suele referirse, pues, a su extensión espacial, y ese es un tema bastante controvertido. Yo prefiero suponer, mientras no se demuestre lo contrario, que es espacialmente finito gracias a algún tipo de condición topológica aún por descubrir.

El avance del perihelio de una órbita celeste, sirvió -en el caso de Mercurio- para confirmar la Relatividad General.

El avance del perihelio de una órbita celeste, sirvió -en el caso de Mercurio- para confirmar la Relatividad General.

–Nuestros sentidos no nos cuentan la verdad sobre el tiempo y el espacio, enseñan -entre otras cosas- las ecuaciones de Einstein. ¿Vivimos en un mundo mucho más asombroso de lo que podemos imaginar?

–No me cabe la menor duda. Esa es una verdad que se hace más patente a los investigadores cuanto más exploran el universo en el que habitamos Y ahí reside la grandeza y el atractivo de la aventura del pensamiento científico.

–Encabezas tu libro con una cita del Génesis. ¿Por qué?

–Porque el conocimiento siempre ha sido un arma de múltiples filos. Por una parte confiere sabiduría y libertad intelectual al ser humano, pero por otra también puede confrontarle con conclusiones desagradables para su ego o sus esperanzas. Y, sobre todo, porque los poderosos de cualquier época han sabido intuitivamente que, en efecto, el conocimiento es poder y por ello han intentado monopolizarlo en su propio beneficio. Creo que, en la cita bíblica del principio de mi libro, se encierran ecos de todos estos aspectos.

–En esencia, ¿qué has querido mostrar en este libro?

David Hume.

David Hume.

–La obra trata de explicar que la ciencia más venerable por anciana, la Física, puede diseccionarse en una serie de capas o estratos que nos llevan desde el virtuosismo matemático de los últimos descubrimientos en Física fundamental hasta cuestiones que rozan o -mejor aún- se sumergen en los debates filosóficos que han acompañado al ser humano desde que adquirió la categoría de racional. Algunas de esas discusiones se han beneficiado de la luz de la ciencia, otras parecen estar en la vías de esclarecerse, y otras quizás jamás se diluciden. Con todo y ello, para la persona con mentalidad científica no es tan importante la consecución de una respuesta definitiva como la perseverancia en la búsqueda de la verdad, un empeño que en sí mismo ennoblece más que cualquier otro.

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