«Estamos tirando el 32% de la producción mundial de alimentos vegetales»

por | Sep 12, 2019 | INVESTIGACIÓN

 

Las Tecnologías Post-Recolección reducirían pérdidas, mejorando la seguridad alimentaria y la calidad hortofrutícola

FRANCISCO ARTÉS CALERO, doctor Ingeniero Agrónomo e Ingenéur Frigoriste. Catedrático Emérito de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT)

Por: FRANCISCO ARTÉS CALERO, Doctor Ingeniero Agrónomo e Ingeniéur Frigoriste. Catedrático Emérito de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT)

 

El pasado mes de Mayo recibí con gran satisfacción y agradecimiento un Doctorado Honoris causa en Ciencia y Tecnología Alimentaria por la Universidad de Foggia, en Italia. En ese acto expuse una Lección sobre «Avances en tecnologías postcosecha» para mejorar la seguridad y la calidad hortofrutícola, recogiendo algunos objetivos de mi carrera investigadora y docente, que va concluyendo. El editor de la publicación «Adelantos» me solicita amablemente que difunda aquí lo esencial de esa intervención que constituye el núcleo de esta comunicación.

Retos Alimentarios de la Humanidad

Los retos más importantes que afrontará la alimentación humana en los próximos 30 años son el hambre, la obesidad, los cambios demográficos, la inversión de la pirámide poblacional, la escasez de agua, la disminución de la natalidad y la gestión de los residuos (Rivero, 2019). El abastecimiento idóneo de alimentos es esencial para la Humanidad en este Siglo XXI, hacia cuya mitad se podrán superar los 9.000 millones de personas, con un 90% de ellas viviendo en países en desarrollo, y que exigirá aumentar en un 70% la producción actual (Gerland et al., 2014; UN, 2017). La seguridad alimentaria implica asegurar a todas ellas su derecho al acceso físico, social y económico, en todo momento, en forma sostenible y socialmente aceptable, a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades diarias y sus preferencias en alimentos que les permita llevar una vida activa y sana (LSRO, 1990; FAO, 2011). La seguridad alimentaria tiene otra acepción que concierne a la inocuidad, al referirse también a los riesgos crónicos o agudos que pueden hacer un alimento perjudicial para la salud del consumidor.

Hoy hay 795 millones de personas hambrientas en el mundo; en el 2.050, habrá 2.000 millones más.

Prospectiva de la población mundial (Fuente: UN, 2017)

Prospectiva de la población mundial (Fuente: UN, 2017)

Para evitar el hambre y la malnutrición, el International Institute of Refrigeration (IIR) propuso en 1971 impulsar un plan global mundial de actividades de I+D para aumentar la producción alimentaria, reducir las pérdidas y optimizar su distribución. Es de lamentar que ese objetivo aún se encuentre entre los de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (UN, 2016), que afrontan con decisión el Reto del Hambre Cero para la Humanidad, que nos concierne a cada uno de nosotros.

Ello exige que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles, doblar la productividad y el ingreso de los pequeños productores, la ausencia de pérdidas y desperdicios postcosecha evitables de alimentos, que la totalidad de las personas accedan a la seguridad alimentaria y que no haya retraso en el crecimiento de los niños y niñas menores de dos años (UN, 2012).

 

Para superar este reto es imprescindible mejorar la nutrición y promover tecnologías sostenibles productivas y de postcosecha, que satisfagan a los 795 millones de personas que hoy día sufren hambre y a los 2.000 millones adicionales que vivirán en 2050. Sobre ello se producen progresos alentadores aunque insuficientes, sobre todo en los países en desarrollo (McGuire, 2015).

Para superar este reto es imprescindible mejorar la nutrición y promover tecnologías sostenibles productivas y de postcosecha, que satisfagan a los 795 millones de personas que hoy día sufren hambre y a los 2.000 millones adicionales que vivirán en 2050. Sobre ello se producen progresos alentadores aunque insuficientes, sobre todo en los países en desarrollo (McGuire, 2015).

 

 

Desnutrición en las regiones en desarrollo: progreso real y proyectado hacia los objetivos del World Food Summit y Millennium Development Goals. Fuente: FAO, recogido en McGuire, 2015.

Desnutrición en las regiones en desarrollo: progreso real y proyectado hacia los objetivos del World Food Summit y Millennium Development Goals. (Fuente: FAO, recogido en McGuire, 201).

 

La cadena de frío en los países en desarrollo es muy limitada y no se usa adecuadamente


Para equilibrar necesidades y disponibilidades de productos vegetales y lograr la seguridad alimentaria universal, se suele proponer aumentar la producción agrícola. Se aplican para ello progresos tecnológicos, como nuevas variedades obtenidas por ingeniería genética, más productivas y resistentes a plagas y enfermedades, la irrigación de grandes extensiones de terreno y mejores técnicas de cultivo, integrando esfuerzos de ingenieros, genéticos, botánicos, bioquímicos y microbiólogos (Ulrich, 1995; Artés, 2006). Pero a pesar de los notables avances queda mucho por hacer.

La implementación internacional de una cadena de frío idónea, con sus técnicas complementarias sostenibles (manipulación y envasado protector, atmósferas modificadas y controladas, fungicidas autorizados, recubrimientos naturales, etc) englobadas en las Tecnologías Postrecolección, permitirá mejorar la seguridad alimentaria del mundo. De una parte, evitará pérdidas y, de otra, mantendrá más tiempo la calidad global de los productos hortofrutícolas cosechados. De hecho, la cadena de frío en los países en desarrollo es muy limitada y no se usa adecuadamente (Yahia, 2013)

 

La cadena de frío en el mundo (Yahia, 2013)

La cadena de frío en el mundo (Yahia, 2013)

El creciente flujo comercial internacional, basado en Tecnologías Postrecolección eco-innovadoras, tiene un doble interés para los países en desarrollo: importar alimentos de subsistencia y exportar materias primas y productos de más valor añadido. En el primer caso, esos países necesitan aprovisionarse de víveres para nutrirse, pero sin desalentar las producciones locales.

 Para reducir la pobreza, hay que impulsar una cooperación al desarrollo que ayude a los pequeños productores mediante una tecnología relevante y viable

En el segundo, numerosos productos tropicales (como banana, piña, aguacate o mango), tienen una creciente aceptación en los mercados internacionales y proceden en buena parte de ellos. Con sistemas frigoríficos y de postcosecha idóneos, una logística apropiada y cuidando la calidad, su comercio podrá compensar las malas cosechas u otras dificultades en el suministro alimentario y generar divisas para consolidar o crear las infraestructuras precisas, el crecimiento económico y el empleo, todo ello tan necesario en esas zonas productoras (Artés y Artés-Hernández, 2016).

 

 Las pérdidas de alimentos vienen de la disminución de masa alimentaria comestible durante su producción, postcosecha, elaboración y distribución


El hambre estructural y la malnutrición de un país se deben al subdesarrollo general de la economía, a las insuficientes capacidades productivas de infraestructuras esenciales, de formación y de tecnologías y, sobre todo, a la extrema pobreza de gran número de sus habitantes. Ello sucede por la insuficiencia de agua, energía, formación técnica, agroquímicos, equipamiento agrícola y de créditos para producir, conservar y vender alimentos en mercados más libres, generando así empleos e ingresos. Por ello, para reducir la pobreza, se debe impulsar una cooperación al desarrollo idónea que ayude a los pequeños productores a aumentar su productividad y diversificar la producción vegetal y animal, la pesca y la acuicultura, mediante una transferencia de tecnología relevante y viable. La falta de voluntad política y de recursos financieros son los principales obstáculos para resolver la lacra social del hambre en el mundo (Diouof, 2005). Los gobiernos y las sociedades civiles de los países desarrollados tenemos la obligación y responsabilidad de remover esos obstáculos, aceptando que nuestros congéneres que sufren una pobreza extrema son sujetos de derecho. Solo así se podrá prever un futuro más esperanzador y de mayor bienestar para la Humanidad (Artés, 2006).

Pérdidas y desperdicio alimentario

Las pérdidas de alimentos consisten en la disminución de la masa alimentaria comestible durante su producción, postcosecha, elaboración y distribución. Las causan, además de catástrofes naturales o una climatología adversa, un funcionamiento ineficiente de las cadenas de suministro, limitaciones financieras, administrativas y técnicas, escasez de infraestructuras, de logística, de tecnología, de destreza, de conocimiento y de capacidad de comercialización y gestión, o bien restricciones derivadas de la normativa legal. Por su parte, el desperdicio de alimentos es el descarte de los que son aún aptos para consumir, que normalmente se puede evitar, y está relacionado con malos hábitos de compra y de consumo o con una inadecuada gestión y manipulación (FAO, 2012).

Una reducción del 20% en las pérdidas de frutas y hortalizas significaría más que el aumento anual en la producción total de alimentos

Para aumentar la disponibilidad de alimentos vegetales es preciso superar esos factores adversos y, sobre todo, reducir pérdidas en la cadena de suministro. Estas suceden, en esencia, porque los vegetales recolectados siguen siendo seres vivos que se deterioran rápidamente por alteraciones de todo orden. La magnitud de las mermas desde la cosecha hasta el consumo, se estima que alcanza del 20 al 50 % en los países en desarrollo y del 5 al 25 % en los desarrollados, con una media del 32% en peso y del 24 % en contenido energético de la producción mundial, todo ello sin incluir las que ocurren en la preparación culinaria (Buzby et al., 2014). En Gran Bretaña se ha estimado que aproximadamente un tercio de los alimentos comprados se desperdician y, de ellos, un 61% sería evitable y sería comestible si se hubiera gestionado mejor (WRAP, 2008).

 

Pérdidas de frutas y hortalizas (en % de la producción total) desde la producción hasta el consumo en las distintas áreas geográficas del mundo (Fuente: FAO, 2017)

Pérdidas de frutas y hortalizas (en % de la producción total) desde la producción hasta el consumo en las distintas áreas geográficas del mundo .(Fuente: FAO, 2017)

 La mayoría de las pérdidas y desperdicios suceden más cerca del consumo en regiones desarrolladas y más cerca de la cosecha en regiones en desarrollo

Pérdidas y desperdicio de alimentos en el hogar (Fuente: WRAP, 2008).

Pérdidas y desperdicio de alimentos en el hogar (Fuente: WRAP, 2008).

 

Las principales causas de pérdidas de frutas y hortalizas cosechadas son la inadecuada maduración, el mal estado sanitario, la mala calidad sensorial inicial, los daños mecánicos, las podredumbres, las alteraciones fisiológicas, la deshidratación, unos niveles inadecuados de temperatura, O2, CO2 y C2H4 alrededor de los productos y/o los retrasos entre la cosecha y la venta minorista (Kader, 2012). En la reducción de estas tremendas pérdidas las Tecnologías Postrecolección son esenciales (Ulrich, 1995; Artés, 1997; IIR, 2009). Si bien resulta imposible e incluso antieconómico eliminarlas por completo, reducirlas a la mitad sigue siendo un objetivo viable y urgente (Artés, 1997; Kader, 2002a; FAO, 2011).

Es baja la inversión en la conservación de alimentos en la fase postcosecha, comparada con la dedicada a la producción.

Una reducción del 20%, significaría más que el aumento anual en la producción total de alimentos y permitiría satisfacer el hambre de millones de personas (Dou et al., 2016). En general la mayoría de las pérdidas y desperdicios suceden más cerca del momento de consumo en las regiones desarrolladas y más próximas a la cosecha en las regiones en desarrollo (Hanson, 2016), en donde las Tecnologías Postrecolección tienen un campo de actuación más amplio.

Impulsar las tecnologías post-recolección en agricultura daría más beneficios que aumentar la producción

Dos grandes dificultades coartan la imprescindible limitación de pérdidas en los países en desarrollo, de un lado las brechas de tecnologías que son recomendables en ellos y, de otro la falta de personal con la formación idónea para aplicarlas y mantenerlas. Ambas se deben a la muy baja inversión en la conservación de alimentos en la fase postcosecha, comparada con la dedicada a la producción, lo que se ha de corregir con urgencia (Wilson, 2016).

Para disponer de suficientes alimentos vegetales, por razones económicas, técnicas y de contribución a reducir el calentamiento global de la Tierra, se deberían concentrar más esfuerzos en impulsar las Tecnologías Postrecolección, sobre todo en los países en desarrollo, que en perseguir el aumento de la producción intensificando recursos, porque se lograrán mayores beneficios (Hulse, 1981; Artés, 1995, 1997, 2006; Winkelmann, 1996; Hanson, 2016). Pero producir más exige expandir las tierras agrícolas, lo que implica una indeseable deforestación. Esto contrasta con los miles de millones de $ USA que se invierten en producir alimentos, para lograr apenas un 1% de aumento anual acumulativo en los rendimientos (Wilson, 2016). Además, cada 1 $ USA dedicado a tecnologías postcosecha puede generar un rendimiento de 14 $ USA (Rosegrant et al., 2016).

 

Los estándares de calidad con frecuencia rechazan alimentos por simples defectos de apariencia, un desperdicio que supone un billón de dólares por año a escala mundial

El gran impacto ecológico negativo de la pérdida y desperdicio alimentario aumenta con el nivel de procesado y con el avance en la cadena de suministro en que ocurre. Habrá menos pérdidas con más eficiencia en la cadena, mayor reciclaje, menor necesidad de almacenar, distancias de transporte más cortas y menor uso de energía, todo ello en el marco de la economía circular, donde debe considerarse un flujo prioritario (EU, 2018). Por ello hay que encontrar soluciones rentables y sostenibles para producir suficientes alimentos nutritivos e inocuos para todos, como prioridad ética, social y económica en un sistema alimentario global, frente a la insensata economía del despilfarro que se contempla asiduamente. En consecuencia, se han de establecer redes eficaces de innovación y conocimiento que conecten a los actores industriales, inversores y municipalidades, superando restricciones geográficas y competenciales, con ciudadanos bien informados y participativos (BIC, 2019).

 

Esquema básico de la Economía circular. Fuente: EU Circular Economy Package (2018)

Esquema básico de la Economía circular. (Fuente: EU Circular Economy Package (2018)

 

En los países con bajos ingresos, la reducción de pérdidas tiene un impacto rápido y significativo. Además, la pérdida de calidad de los alimentos puede tener efectos adversos sobre la salud, el bienestar y la productividad de los consumidores (Artés, 2016).

 

 La pérdida de alimentos en Europa y Norteamérica es de 95-115 kg/año per cápita, mientras en el África sub-Sahariana y en el Sur y Sureste de Asia es de 6-11 kg/año


En los países de ingresos medios/altos, las pérdidas se deben sobre todo al comportamiento del consumidor, pero también a la descoordinación entre los actores de la cadena de suministro. Por ejemplo, los acuerdos de venta entre agricultores y compradores a veces conducen a que los productos se desperdicien ya que los estándares de calidad con excesiva frecuencia rechazan alimentos por simples defectos de apariencia. El valor de este desperdicio de alimentos que son aún aptos para el consumo, se estima en 1 billón de $ USA por año a escala mundial (FAO, 2014).

A nivel del consumidor, la escasa planificación de sus compras y la fecha de caducidad del consumo (que se suele confundir con la de consumo preferente) también causan desperdicios de alimentos, combinados con la actitud descuidada de algunas personas que se permiten el lujo de no aprovecharlos.

Frente al estigma del hambre, la obesidad de más de 300 millones de personas y el sobrepeso de más de 1.000 millones son una epidemia mundial.

 

La pérdida de alimentos per capita en Europa y Norteamérica es 95-115 kg/año, mientras en el África sub-Sahariana y en el Sur y Sureste de Asia es de 6-11 kg/año. En los países desarrollados es ineludible evitar esta situación mediante una mayor sensibilización de los responsables públicos, industrias alimentarias, comerciantes minoristas y, desde luego, de los consumidores, desde los medios de comunicación, las instituciones educativas y las propias familias. Además, los alimentos comercializados a escala internacional y que se pierden en una parte del mundo pueden afectar la disponibilidad y los precios en otras zonas. Entre todos, hay que encontrar un buen uso de alimentos aún aceptables para el consumo, que ahora se tiran (WRAP, 2008; Gustavsson et al., 2011; FAO, 2014; Artés, 2016).

En España, la obesidad es epidémica dentro de la UE, con un nivel medio-alto en adultos y muy alto en la infancia

Al tiempo que sucede el estigma del hambre, y paradójicamente, la obesidad de más de 300 millones de personas y el sobrepeso de más de 1.000 millones constituyen una epidemia mundial y el gran reto de la salud del Siglo XXI. Esta enfermedad multifactorial se asocia al mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y ciertos cánceres, además de aumentar la mortalidad general (se le estima responsable de dos tercios de los 57 M de personas que mueren al año). Ello es especialmente trágico en países y hogares con miembros desnutridos. En España, la obesidad es epidémica a nivel medio-alto en la UE para adultos y muy alto en la infancia. Frente a los nuevos estilos de vida y el mal hábito alimentario derivado hay que alimentarse mejor (se recomienda seguir una dieta mediterránea) reducir la comida hipercalórica, incluir en la dieta más hortalizas y frutas, y reducir el sedentarismo (AESA, 2005; AECSAN, 2014).

 Las demandas de los consumidores

El alimento ideal es aquel que satisface las principales demandas de los consumidores: ser sabroso, sano, saludable, cómodo de consumir, obtenido de forma sostenible y tener un costo razonable. Además, la sociedad evoluciona con rapidez hacia un estilo de vida alimentario que se puede denominar gastro-saludable, lo que implica nuevas demandas cualitativas.

Demandas actuales de los consumidores de alimentos (Artés, 2019)

Demandas actuales de los consumidores de alimentos (Artés, 2019)

La calidad hortofrutícola implica una combinación de parámetros biofísicos y bioquímicos que determinan su valor nutritivo y el placer que procura su consumo, siguiendo amplios criterios según el tipo de producto y forma de utilizarlo. Los que más aprecian los consumidores son la ausencia de defectos, los sensoriales (sabor, color, aroma, textura y jugosidad), los nutritivos y la seguridad microbiana o sobre residuos, siendo ésta última decisiva (Kader, 2002b; Artés, 2004).

 Hay evidencias científicas de que se podrían salvar 1,7 millones de vidas al año si se consumiesen 400 g diarios de frutas y hortalizas per cápita

Entre los nutritivos deseables interesa mucho el potencial como alimento funcional e incluso nutracéutico, por contener altos niveles de biocompuestos (vitaminas, flavonoides, carotenoides, órgano-sulfurados o fibra dietética) que, por sus efectos sobre el metabolismo, benefician la salud y bienestar e incluso reducen o previenen el riesgo de algunas enfermedades (Artés, 2006). Al respecto, existen evidencias científicas de que anualmente se podrían salvar 1,7 millones de vidas si se consumiesen 400 g diarios o más per capita de frutas y hortalizas, lo que justifica las campañas de promoción de su consumo como la de 5 porciones al día.

Al seleccionar las nuevas variedades vegetales que requieren los productores y comercializadores, los mejoradores consideran determinantes los aspectos productivos, de resistencia a plagas y enfermedades, su aptitud para la manipulación, el procesado, la conservación y el transporte, los nutritivos, la disponibilidad estacional y son esenciales el sabor y demás atributos sensoriales que espera el consumidor (Colelli, 2018).

 

 

"Estamos tirando el 32% de la producción mundial de alimentos vegetales" 1

Aspectos que consideran los programas de mejora hortofrutícola (Colelli, 2018)

La industria y la investigación están muy atentas para conocer y satisfacer la situación y tendencias de los consumidores. Las más relevantes son: el aumento del número de consumidores, en particular seniors, con más capacidad adquisitiva; más personas solas en los hogares y familias con pocos miembros; escaso tiempo para cocinar; y al elegir los productos e ingredientes, los consumidores prefieren los aspectos saludables y valoran la sostenibilidad y las marcas locales (Mercabarna, 2017). Por su parte, los productos biológicos u orgánicos tienen un gran auge al cultivarse sin plaguicidas sintéticos y garantizar la ausencia de residuos. Además, una dieta basada en ellos puede ser más saludable que si lo hace en convencionales, al ser aquellos con frecuencia más ricos en biocompuestos de interés. Pero aún es un tema controvertido al no existir suficiente base científica en su apoyo (Ceglie et al., 2016).

Progresos recientes en las Tecnologías Postrecolección

Las Tecnologías Postrecolección se basan en la interacción de dos secuencias, la de temperatura/tiempo/tolerancia y la integrada por producto/manipulado/ envasado. En el Grupo de Postrecolección y Refrigeración (GPR) de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) procuramos optimizar esas secuencias y mejorar la eficiencia, calidad y valor nutritivo de los productos hortofrutícolas mediterráneos, a través de tecnologías sostenibles, suaves y combinadas.

 La Cuarta y Quinta Gamas de la Alimentación comprenden productos mínimamente procesados, instalaciones industriales innovadoras, ahorro de agua y compromiso ético

En particular, hemos impulsado y mejorado la elaboración y calidad global de los productos mínimamente procesados, denominados comercialmente de las Cuarta y Quinta Gamas de la Alimentación como las ensaladas, hortalizas o frutas cortadas y/o lavadas dispuestas para consumir, germinados, diversos platos preparados, pestos, smoothies, hummus, etc. (Artés et al., 2009; Artés, 2019), incluido el diseño de algunas instalaciones industriales innovadoras de postrecolección y de procesado mínimo con baja huella ambiental, desinfección emergente, optimización energética y ahorro y reutilización de agua. Estas nuevas Gamas responden muy bien a las preferencias alimentarias de un bajo aporte calórico, poco tiempo de preparación, variedad, disponibilidad todo el año, precio asequible y elaborarse bajo buenas prácticas agrícolas, de manipulación y de procesado, con análisis de peligros y puntos críticos de control, trazabilidad, sostenibilidad y compromiso ético. Tienen gran relevancia socioeconómica y muestran el mayor dinamismo comercial alimentario en el mundo desarrollado (Artés, 2011, 2019). Estos resultados del GPR-UPCT se han obtenido con financiación pública competitiva europea, española y regional, así como mediante contratos con empresas y se recogen en numerosas publicaciones, Tesis Doctorales y varias patentes. Los más destacados se encuentran en www.upct.es/gpostref.es.

Para concluir, expondré que los retos expuestos de orden ético, social, técnico y económico que hoy día afronta la Humanidad solo se podrán superar con una actuación cooperativa y multidisciplinar de todos los agentes implicados. Para evitar el hambre se deberían establecer cadenas integradas de suministro de alimentos a escala global, capaces de garantizar la seguridad alimentaria del mundo y ofrecer más calidad e inocuidad de los productos de forma sostenible y a un costo asumible por todos. Cuantos trabajamos en ello debemos generar confianza ante la opinión pública sobre nuestra labor y ganarnos a diario, con resultados tangibles, la credibilidad de nuestras instituciones.

Bibliografia

• Agencia Española de Seguridad Alimentaria. 2005. Estrategia para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid. 39 pág.

• Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. 2014. Estudio de vigilancia del crecimiento, alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad en España 2013. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Madrid. 105 págs.

• Artés, F. 1995. Innovaciones en los tratamientos físicos modulados para preservar la calidad hortofrutícola en la postrecolección. I, II y III. Rev. Esp. Ciencia Tecnol. Alim. 35 (1), 45-64; (2) 139-149; (3) 247-269.

• Artés, F. 1997. Algunas contribuciones del frío a la mejora de la alimentación. Alquibla 3:13-24.

Artés, F. 2004. Refrigeration for preserving the quality and enhancing the safety of plant foods. Bulletin International Institute of Refrigeration. LXXXIV, 1: 5-25.

• Artés, F. 2006. Seguridad alimentaria, calidad y tecnología postcosecha de los productos vegetales. Lección Magistral en la Universidad Politécnica de Cartagena.

• Artés, F. 2011. Nuevos productos, nuevos consumidores. Jornada Productos de Cuarta y Quinta Gama en la Comunidad Valenciana. Fundación Valenciana de Estudios Avanzados. Valencia.

Artés, F. 2016. Ethical and technical issues for improving supply chain and consumer benefits. VIII International Postharvest Symposium. Int. Soc. Hort. Sci. Cartagena. Spain.

• Artés, F. 2019. Progresos sostenibles en el procesado mínimo hortofrutícola. Conferencia Magistral. Facultad de Ciencias Agronómicas. Universidad de Chile. Santiago de Chile.

Artés, F., Artés-Hernández, F. 2012. Innovaciones en técnicas de procesado para facilitar el consumo de hortalizas y frutas. CTC Revista Agroalimentación e Industrias Afines. 51:9-15.

• Artés, F., Artés-Hernández, F. 2016. Tendencias y retos de la postrecolección hortofrutícola. VI Congreso Internacional Ingeniería Química, Biotecnológica Alimentaria. La Habana, Cuba.

• Artés, F., Gómez, P., Aguayo, E. Escalona, V.H., Artés-Hernández, F. 2009. Sustainable sanitation techniques for keeping quality and safety of fresh-cut plant commodities. Postharvest

Biol. Technol. 51: 287–296.

Bio-based Industries Consortium. 2019. Vision. The circular bio-society in 2050. 13 págs.

Buzby, J.C., Wells, H.F., Hyman, J. 2014. The estimated amount, value, and calories of postharvest food losses at the retail and consumer levels in the United States. Economic Research Service. USDA. Economic Information Bulletin 121. 33 págs. Disponible en

https://www.ers.usda.gov/webdocs/publications/ 43833/43680_eib121.pdf Acceso abril, 2019.

Ceglie, F.G., Amodio, M.L., Colelli, G. 2016. Review: Effect of organic production systems on quality and postharvest performance of horticultural produce. Horticulturae 2, (4): 7 págs.

• Colelli, G. 2018. Calidad de la materia prima hortofrutícola para el procesado mínimo: factores determinantes. En: Curso Internacional de Tecnología Postrecolección y Procesado Mínimo Hortofrutícola. Universidad Politécnica de Cartagena. España.

• Diouf, J. 2005. Keynote address by the FAO Director-General at Dansk Landbrugs-presse. Copenhagen. Denmark. 6 June.

Dou, Z., Ferguson, J.D., Galligan, D.T., Kelly, A.M., Finn, S.M., Giegengack, R. 2016. Assessing U.S. food wastage and opportunities for reduction. Global Food Security 8:19–26

Economic Research Service. 2012. Loss-adjusted food availability data in the food availability (Per capita) data system. United States Department of Agriculture. Disponible en http:// www.ers.usda.gov/data-products/foodavailability-(per-capita)-data-system. Acceso abril, 2019.

European Commission. 2018. Circular Economy Package. European Union. Brussels.

• Food and Agriculture Organization. 2011. Una introducción a los conceptos básicos de la seguridad alimentaria. En: La Seguridad Alimentaria: información para la toma de decisiones. Guía práctica. Disponible en http://www.fao.org/docrep/014/ al936s/al936s00.pdf Acceso abril, 2019.

• Food and Agriculture Organization. 2012. Huella del desperdicio de alimentos. Contabilidad ambiental de las pérdidas y desperdicio de alimentos. Documento de exposición de conceptos. Departamento de Gestión de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Disponible en http://www.fao.org Acceso abril, 2019.

Food and Agriculture Organization. 2014. Global initiative on food loss and waste reduction. Disponible en http://www.un.org.en/zerohunger Acceso abril, 2019.

Food and Agriculture Organization. 2017. The future of food and agriculture – Trends and challenges. Rome. Disponible en http://www.fao.org/publications. Acceso julio, 19.

• Food and Agriculture Organization. 2019. Evolución de la producción mundial de frutas y hortalizas. Disponible en http://www.fao.org/faostat/en/# data/QC/visualize Acceso abril, 2019.

• Gerland, P., Raftery, A.E., Ikova, H.S., Li, N., Gu, D., Spoorenberg, T., Alkema, L., Fosdick, B.K., Chunn, J., Lalic, N., Bay, G., Buettner, T., Hellig, G.K., Wilmoth, J. 2014. World population stabilization unlikely this century. Science 346:234-237.

Gustavsson, J., Cederberg, C., Sonesson, U., van Otterdijk, R., Meybeck, A. 2011. Global food losses and food waste. Extent, causes and prevention. Int. Cong. Save Food. Interpack. Düsseldorf, Germany. Disponible en http://www.fao.org/3/a-i2697e.pdf Acceso abril, 2019.

Hanson, C. 2016. From ‘why’ to ‘how’: Reducing food loss and waste. World Resources Institute. Disponible en https://ard-europe.org/fileadmin/SITE_master/ content/arch/Documents/ _Pre_Event/ Craig_Hanson_3.pdf Acceso abril, 2019.

Hulse, J.H. 1981. Investigación sobre los sistemas post-cosecha en los países en desarrollo. Rev. Agroquim. Tecnol. Alim. 21: 311-321.

International Institute of Refrigeration. 2009. The role of refrigeration in worldwide nutrition. Paris. France. 5th Informatory Note on Refrigeration and Food. Disponible en http:// www.iifiir.org/ userfiles/file/publications/notes/NoteFood_05 Acceso abril, 2019.

Kader, A.A. 2002a. Postharvest biology and technology. An overview. En: Postharvest technology of horticultural crops. 3th Edit. University of California 4:39-47.

Kader, A.A. 2002b. Quality and safety factors: definition and evaluation for fresh horticultural crops. En: Postharvest technology of horticultural crops. University of California 22:279-285.

Kader, A.A. 2012. Recent advances and future research needs in postharvest technology of fruits. En: Curso Internacional de Tecnología Postrecolección y Procesado Mínimo Hortofrutícola. Universidad Politécnica de Cartagena. España.

Life Sciences Research Office. 1990. Core indicators of nutritional state for difficult to sample populations. J. Nutr. 120:1557S-1600S.

McGuire, S. 2015. The state of food insecurity in the World 2015: Meeting the 2015 International Hunger Targets: taking stock of uneven progress. Advanc. Nutr., 6, 5:623–624. Disponible en https://doi.org/10.3945/an.115.009936 Acceso abril, 2019.

• Mercabarna. 2017. Tendencias en Alimentación fresca. Disponible en https://www.mercabarna. es/ media/upload/ arxius/serveis/observatori Acceso abril, 2019.

• Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. 2013. Estrategia: Más alimento, menos desperdicio. Programa para la reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario y la valorización de los alimentos desechados. Disponible en https://www.mapa.gob.es/es/ alimentacion/temas/estrategia-mas-alimento-menosdesperdicio Acceso abril, 2019.

• Organización Mundial de la Salud. 2016. Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Disponible en https://www.who.int/dietphysicalactivity/fruit/es/ Acceso abril, 2019.

• Resolución del Parlamento Europeo, de 19 de enero de 2012, sobre cómo evitar el desperdicio de alimentos: estrategias para mejorar la eficiencia de la cadena alimentaria en la UE (2011/2175 INI).

• Rivero, M. 2019. Nutrición personalizada. IX Simposio Internacional sobre Tecnologías Alimentarias Food Brokerage Event. Murcia. Cdrom.

Rosegrant, M.W., Magalhaes, E., Valmonte-Santos, R.A., Mason-D’Croz, D. 2016. Return to investment in reducing postharvest food losses and increasing agricultural production growth. Agricultural Applied Economics Assoc. Annual Meeting, Boston, USA.

Ulrich, R. 1995. Le froid et le bienêtre de l’homme. En: La chaîne du froid. Ed. D. Côme. Edit. Hermann 1: 1-29.

United Nations. 2012. Zero hunger challenge. Disponible en https://www.un.org/ zerohunger/ es/content/pathways-zero-hunger. Acceso abril, 2016.

• United Nations. 2015. Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible. Disponible en https:// www.un.org/sustainabledevelopment/es/ Acceso abril, 2019.

United Nations. 2017. World Population Prospects. DESA/Population Division. Disponible en

https://www.un.org/en/development/desa/population/index.asp Acceso abril, 2019.

Wilson, C.L. 2016. World Food Preservation Center® LLC. VIII Int. Postharvest Symp. International Society for Horticultural Science. Cartagena. Spain.

Winkelmann, D.L. 1996. Harvest and postharvest problems in agriculture, forestry and fisheries. The CGIAR Contribution to Research. Disponible en https://library.cgiar.org/bitstream/handle/ 10947/595/ pharvest.pdf Acceso abril, 2019.

WRAP. 2008. The food we waste. Food waste Report. Part Two: Why do we throw away food? Disponible en https://www.wrap.org.uk/thefoodwewaste. Acceso julio 2019.

Yahia, E. 2013. The status of modified atmospheres and controlled atmospheres applications in developing countries. Int. Controlled Modified Atmospheres Research Conference. Trani. Italy.

 

Introduzca aquí su correo

para recibir notificaciones de nuevas entradas.

Ciencia-Ficción

A.d. en el tiempo

More from ADELANTOS DIGITAL

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies

Pin It on Pinterest

Share This